Abanicos Carbonell (Calle Castellon 21). La familia Carbonell lleva desde 1860, a lo largo de 4 generaciones, elaborando abanicos artesanales. Desde pequeños abanicos al precio asequible de 25€ hasta piezas antiguas y muy elaboradas que pueden alcanzar los 9.000€. Restauran abanicos de todas las épocas y en todo tipo de materiales: con varillajes de carey, marfil, nácar o hueso; en sedas, telas de papel, pieles, algodones...
Aquí podrás encontrar todo tipo de abanicos, tanto clásicos como antiguos, vanguardistas y de las más diversas formas y precios. En Abanicos Carbonell llevan fabricando este complemento tan español desde 1810, y muchos de los artículos que producen se exportan al extranjero. Un lenguaje de otra época que están dispuestos a conservar. Guillermo Carbonell es la 4ª generación de una familia dedicada a la fabricación de abanicos. Comenzó su bisabuelo, Arturo Carbonell Rubio comprando una fábrica antigua (1810) sobre 1860. Le siguió su abuelo, Arturo Carbonell Requena al que siguieron sus hijos, Arturo, Ricardo y José Carbonell Peydró. A este último, su padre, le sucedió él, iniciándose en este artesano trabajo hace más de 30 años.
Curiosidades. Hace ya algunos años, cuando la sociedad de la época, no admitía el acercamiento entre hombres y mujeres, se creo un lenguaje de señas con el abanico para poder comunicarse amorosamente a distancia. Así podían preparar sus citas a escondidas o expresar sus deseos, sin hablar y sin que los demás se apercibieran. Existió también otro lenguaje de letras muchos mas complejo, que consistía en indicaciones con el abanico sobre diversas partes de la mano que correspondían con letras determinadas y así formaban palabras y frases. Debido a su dificultad no se utilizo casi.
Glosario del abanico:
- Salir al balcón abanicándose lentamente y luego cerrar el balcón: "No puedo salir"
- Salir al balcón abanicándose rápidamente y no cerrar el bacón: "Saldré pronto"
- Apoyar el abanico en los labios: "No me fío"
- Pasar los dedos por las varillas: "Quiero hablarte"
- Abanicarse rápidamente: "Te quiero mucho"
- Abanicarse lentamente: "No me importas"
- Retirarse con el abanico el cabello de la frente: "No me olvides"
- Pasar el abanico de una mano a otra: "Veo que miras a otra"
- Golpear con él la palma de la mano: "Quiéreme"